Tuve un profesor que pensaba que ser fotógrafo de bodas era lo mismo que ser actor y dedicarse al circo. La faena fue que me gustó. El profesor, no la frase. Y ya se sabe lo que pasa con veinte años, los profesores (algunos) y sus frases lapidarias, me caló muy hondo como estudiante y estaba completamente convencida de lo indigno de los fotógrafos de boda.
Durante años trabajé en publicidad y dando clases de fotografía. Por primera vez hice una boda, la de mi amiga Idoya. Y a partir de ahí empecé a comprender que lo importante no es el tema, es la forma en que tú te lo plantees y lo demás son prejuicios o inmadurez. Todos los temas son buenos.
Hoy disfruto con mi trabajo, fotógrafa de bodas y sobre ello y algo más trataré de hablar.
El título del blog se lo dedico a lo que pudo ser un cliente y no fue. Dada la coyuntura.
Da gusto que alguien hoy en día disfrute con su trabajo…se nota, se percibe